Este fin de semana estuvo por acá el Chapa, un nuevo amigo, un incipiente amigo – como dice él- viajero, escritor, de ideas e idealista, soñador o de mil proyectos según como se vea.
El finde arrancó el jueves por la noche, cenando uno de los restaurantes más tops de Chicago – en el estricto sentido del término porque era en el piso 96 de la Hancock Tower – sitio semi-exclusivo al que accedimos gracias a años y años de evolución de nuestras habilidades culturales – acá me incluyo en el “nuestras” por rioplatense, las habilidades del caso eran del Chapa y su amiga Graciela - que lograron que nos dieran a las 9:30 una mesa a pesar de no tener reservación, incluso la misma tenía un poquitín de vista. Más tarde la cosa se transformó gracias a Jesús – nuevamente en el estricto sentido del término ya que así se llamaba el camarero que nos dio la buena nueva – en una fantástica mesa al lado de una ventana, con una vista sin duda privilegiada. La cena estuvo muy divertida, sentados en un entorno de gran nivel, mientras celebrábamos inexistentes cumpleaños y diseñábamos proyectos de desarrollo turístico para Colonia, en base al único capital del proyecto que era un Ombú. De allí me acompañaron a casa mientras los tres – sin hacer diferencias de edades que entre los 3 cubriamos un cierto rango... – jugábamos con las esculturas arquitectónicas que decoran la Magnificent Mile que están diseñadas para reaccionar al viento, y a falta de viento bien estábamos nosotros trepados a las rejas para generar la energía eólica o motora que el viento no proveía.
Chapatín es un couch-surfer argentino, de Buenos Aires más concretamente, que estaba de paso por Chicago previa pasada por Nueva York y de camino a Barcelona, quien pudiera! El viernes se mudó a casa y realmente no puedo decir que me sentí “como en casa” porque ya estaba ;) así que reformulando la idea puedo decir que fue como tener un amigo en casa y no un desconocido. Y es que como dice Tom Waits todos arrancamos desconocidos hasta que nos conocemos ;). Esto puede sonar muy obvio así dicho pero en realidad en la vida parece no serlo tanto. El fin de semana fue como un continuo de charla, café, música, y caminatas por los barrios chicaguenses. El viernes parada obligada por Dannys – el garito en donde termina siempre la barra, sea cual sea el plan, es como si fuera Roma y por algún motivo todos los caminos conducen a Dannys.
Entre estas vueltas el sábado por la tarde estamos por Belmont – calle que siempre da para historias, centro de cruce de las tribus urbanas – y al bajarnos del taxi un hombre parado en la esquina se me manda uno de estos gritos del cual Robin Williams estaría orgulloso en su rol de inspirador de los Poetas Muertos. Resulta ser que allí, en esa esquina cualquiera, estaba Wesley dando su big Yaulp! al mundo. La gente alrededor sonreía divertida, y uno no podía más que preguntarse qué le había pasado al hombre. Y son de esas cosas que sabes instantáneamente que ambos pensamos lo mismo, hay que preguntarle a este tipo porque grita. La respuesta de Wesley es adivinable, grita porque está cansado de que nadie lo oiga, tuvo una visión, intentó comunicarla, y nadie lo escuchó. Y… bueno… hubo que preguntar… a Wesley se le había ido un poco la chaveta creo yo, pero nosotros aun así lo escuchamos ;). El hombre aparentemente tenía poderes, así que nos preguntó cual era nuestro idioma original, yo le dije español y el Chapa per codere le dijo Italiano. Wesley nos mira con profundos ojos azules y nos dice que cuando él nos hable lo vamos a entender cada uno en su idioma. Segundos de expectativa – yo a esa altura quería tener una visión también y experimentar algún momento místico con Wesley – pero el hombre habla en inglés y nos cuenta algo así como que Jesús le había dado un mensaje. Yo no quería decirle a Wesley que para mi él hablaba en inglés porque el hombre estaba totalmente convencido de su rol de mesías y que manejaba todas las lenguas existentes. Parte de lo que Jesús le había dicho de que él hacia mal en la vida y que parece que está mal era ver más de 10 minutos de tele por día. A mí personalmente me parecería un despropósito ver menos porque en 10 minutos no te da para ver mucho más que los títulos, quienes son los actores y el director y quedar un poco intrigado. Se me planteo que quizá la idea era hacer una especie de distribución del tiempo, entonces a la semana tenías 70 minutos en donde al menos te daba para ver un par de capítulos de Lost si los miras sin avisos ni nada. Aun así me pareció que como mensaje de Jesús sería un tanto tergiversado darlo en minutos por día si lo que quería lograr era un numero semanal. Pero claro, como se dice por ahí, dios a veces trabaja en formas misteriosas.
Dejamos atrás a Wesley contentisimo de que alguien lo había esuchado y el nos prometió que tendriamos nosotros nuestra propia visión - aunque despiertos porque parece que antes de los 40 las visiones son despiertos y despues solo durmiendo - y nos fuimos a tomar el “mejor café de Chicago” – según los clientes, que si lo dice el chico de atrás del mostrador la cosa no convence tanto. El café se llamaba Intelligensia y quizá en referencia al nombre el sitio estaba repleto de gente con computadoras y libros ocupando los sillones y mesas grupales del sitio, ahi nos sentamos con algunos estudiantes universitarios mientras el Chapa dibujaba en su cuaderno la explicación de su proyecto para revolucionar la enseñanza de la psicología en su universidad. Yo creo que la gente tendría que hacer siempre esas ideas y proyectos que le nacen por amor a lo que hacen, por cuestionar y cuestionarse, porque es verdad que a veces lo único que hace falta para cambiar ciertas estructuras es alguien que patee la pelota. La noche anterior yo había elegido cenar tapas – eso de que a veces uno no va más allá del momento y llevas a alguien que se va a Barcelona en 2 días a un bar de tapas! La excusa es que el sitio original estaba lleno y hubo que elegir una alternativa rápido que estaba lloviznando. Al día siguiente con más tiempo pintó restaurant Japonés donde tenían el helado de mango más rico del mundo, que se parecía al helado de durazno que hacía mamá! (esta frase hay que leerla con la correcta entonación y las “emes” de mamá se supone son extra fuertes). La camarera hubiera apelado a su nombre y pedido Socorro si en este país no fueran todos tan formales y políticamente correctos, el Chapa estaba decidido a usar de ejemplo a todos los camareros de los sitios a que íbamos como refutación de mi afirmación de que en este país la gente se casaba muy joven y que al salir de la facultad (o sea a los 22) ya estaban todos bordeando el altar. Así que el hombre indagaba la vida romántica de todos a ver si lograba rechazar la hipótesis.
A la noche del sábado las opciones de fiestas eran variadas, estaba la fiesta en la casa del fulano de turno – que en este caso era una mega fiesta de cantidad de gente que se contaba en 3 cifras – y una “Dark Wave Disco Party” en Sonoteque - uno de los boliches que a mí me gustan, del cual podrían decir que se inspiraron en una Mac para hacer el diseño del sitio -. Lo cierto es que luego de cena, vino y caminatas no pintó fiesta y en cambio terminamos mirando Blade Runner en casa, su “película favorita de todos los tiempos” y de más está decir una de las mias.
El domingo temprano Chapatín siguió viajando ya camino a la madre patria. Acá me quedó un montón de música, Maus y la alegría de cruzarse en la vida con gente linda, incipientes amigos y la seguridad de que en definitiva volveremos a vernos ya que estamos cruzando el charco – el charco que sea.
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2 comments:
simplemente gracias, por la escritura, el detalle, la emoción, la inclusión, la sensibilidad, la generosidad, la compañia, las alegrías, por conocer tu Chicago y permitirme entrar en el, en tu casa, tras las puertas del electronic security system.
me he llevado mucho mas que paz y una amiga entre manos.
el placer de leer otras historias y estar alli.
eternas gracias y hasta la vuelta
chapa
gracias por toda la generosidad, inclusión, alegrías, pelis, cafe, charlas, y esa amistad incipiente en plan incrementeo.
emocionado con la lectura de tu registro
chapa
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