Wednesday, March 19, 2008

Tres por Tres

Esta va de notas cortitas, nada de grandes anécdotas estos días…

La primera es que luego de visitar al oculista - por ver luces de tanto en tanto - el buen doctor me dijo que a menos que viera el túnel alrededor de la luz no tenía de que preocuparme. Mis ojos bien. Si me hubiera visto el Dr. Solari seguro seguiría sosteniendo que de haber vivido yo unos años atrás o si hubiera sido una jíbara del Amazonas, pues nadie hubiera dicho que tenía yo un problema de visión. Alegría, alegría, que las luces de mi mente no significan nada.

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La segunda es que hemos vuelto a constatar que, en este mundo no hay como estar del lado oscuro, y si sos buen ciudadano sos el único que te jodes. Resulta que – como muchos ya saben – hará unos meses yendo de visita al siempre bien ponderado Ames, un inoportuno policía me agarró infraganti en cierto exceso – y si, exceso de esos de exceso – de velocidad. Que le puedo decir Sr. oficial? Pues nada, que iba rápido sí, se asume la culpa y se paga la multa. Con la consecuencia de que ahora estoy jodida con las compañías de seguros por los próximos tres años por ser un potencial “endangerment” de la gente a la redonda (Yo que era tan buena...)

Pues anoche, estoy de cena, con un grupo de gente donde la mayoría juega de locataria en este benemérito país, y en la conversa sale el tema de las multas de tráfico. El comentario fue “pero y como que pagaste? Entonces estás jodida!”. Resulta ser que acá si te ponen tu multa, vos no pagás, apelás y vas a juicio. De esa forma tenés altas probabilidades de que la multa no quede en tu registro y con suerte ni la pagás. Las circunstancias en las que podés ganar el juicio son muy divertidas, como por ejemplo ‘el fiscal no tiene testigos’ (como testigos nos referimos básicamente al buen oficial que correctamente me detuvo, cumpliendo con su trabajo ). Si resulta ser que el tipo no se apersona, el juicio automáticamente se anula y por ende lo tuyo es la inocencia. Recomiendan entonces fijar las fechas del juicio en momentos molestos, como el viernes a las 4:30 pm, o el lunes a las 7:00 o momentos en que le rompa las pelotas al pobre oficial, que seguramente tiene mil juicios a los que presentarse. Otra que podes hacer es – sin asumir la culpa, que acá todos dirían ‘yo argentino, y a mí que me revisen’ [no se me ofendaaan que es una uruguayada ] – bueno, que pones cara de víctima y aceptas tomar un cursillo de conducir, teórico! No es de esos en que tenés que escribir 100 veces en el pizarrón ‘no debo cometer infracciones’ sino un multiple-choice del estilo ‘si Ud. ve una cartel de pare qué hace?: (a) paro, (b) aminoro la marcha (c) acelero y a mucho orgullo nacional’… Aparte del juicio, y del curso, parece que incluso hay abogados que por menos plata que lo que vale la multa te hacen estos trámites cosa de que vos - inocente criatura - ni pierdas el tiempo.

Conclusión, si aceptas la multa y pagaste, te jodiste con los seguros. Y lo que me jode no es joderme, que supuestamente es parte esa de hacerte responsable de tus actos y todos esos bemoles. Lo que me jode es que solo te jodes si sos bueno! Alternativamente, no sólo manejaste a la velocidad que se te cantó y no pagaste la multa sino que además haces perder tiempo y plata al sistema judicial, te cagas en el sistema, y seguís por la vida tan campante. El que no llora no mama y el que no afana es un gil.

Hasta creo que es mas sano para el conjunto que sea como en nuestros países y uno al ser detenido en la ruta pregunte amablemente al oficial que a ver “que como lo podemos arreglar”. Después de todo el resultado global es el mismo. El infractor paga un poco – pero siempre menos que la multa - y de registro ni hablamos. El sistema no se jode porque ni se entera. Y como si esto fuera poco hay un beneficiado extra que es el señor oficial que se embolsilla unos mangos. Si hacemos una evaluación de costos y beneficios a nivel del sistema en su conjunto pues parece que en el sur no estamos tan locos. Acá el costo global es mucho mayor, se mueve todo el sistema judicial, el beneficio para el infractor es semejante al de la coima (ya que algo termina siempre pagando), y el único potencial beneficiado en todo esto es el ocasional tachero que te lleva al juicio porque llegas tarde.

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La tercera es que debo confesar que… Es verdad que dos no es igual que uno más uno, y a veces cada uno por su lado es mejor. Es la reflexión que me merece el disco de Sabina y Serrat, que no me pareció ninguna maravilla. Lo digo con gran pena en el corazón, que Sabina me parece – y siempre me pareció – un maestro, al que seguiré incondicional y atemporalmente. A Serrat hace años que no lo escuchaba y le tengo más cariño de las épocas de mi primera juventud, pero aún ambos me parecen palabras mayores. Pero bue, que ambos juntos que se yo…

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